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La reducción de jornada laboral: ¿somos productivos?

¿Cómo eran las condiciones laborales en los inicios de la Revolución Industrial? Se puede decir que terribles: los obreros dedicaban entre 10 y 16 horas de los 6 días de la semana al trabajo. Muchos de ellos eran niños de tan solo 10 años. En 1926, Henry Ford implementó la …

¿Cómo eran las condiciones laborales en los inicios de la Revolución Industrial? Se puede decir que terribles: los obreros dedicaban entre 10 y 16 horas de los 6 días de la semana al trabajo. Muchos de ellos eran niños de tan solo 10 años.
En 1926, Henry Ford implementó la jornada de 8 horas y dobló las pagas, haciendo que se incrementara la productividad y los beneficios se multiplicaran en apenas dos años. Pero en la actualidad, ¿es realmente efectiva la jornada laboral de 8 horas o es un modelo obsoleto?
¿Por qué no funcionan las jornadas de 8 horas? 
El cerebro tiene una capacidad de concentración de entre 90 y 120 minutos. Más allá de este tiempo, nuestro potencial se despilfarra. Es en ese punto que empieza a fraguarse el cansancio, la frustración, el estrés y la baja productividad. A este dato hay que sumarle la teoría del ritmo ultradiano, que contempla ciclos de 90 minutos de trabajo, alternados con 20 minutos de descanso, inherentes al ser humano. Las jornadas de ocho horas o más sin apenas descansos son auténticas enemigas del buen rendimiento laboral.
¿Y cuántas horas hay que trabajar? 
Si el sistema y las políticas de empresa no cambian, lo más probable es que tengamos que seguir trabajando en jornadas de ocho horas. Existen, sin embargo, dos cuestiones que, tanto si eres jefe como empleado deberás tener en cuenta para maximizar tu productividad: la primera y fundamental, planear las tareas que exigen más de ti en tus horas más productivas; la segunda, dejar de ser multitarea y centrarte en una única cosa.
Cómo llevarlo a la práctica 
Es posible que no tengas la posibilidad de reducir las jornadas o de poner en marcha otras políticas a corto plazo. En su lugar, tienes la posibilidad de aplicar otros métodos. Puedes utilizar los 15 minutos de descanso. Ubícalos en dos franjas de la jornada, si es posible un break a media mañana y otro a media tarde. En tu tiempo libre, intenta relajarte. Respira hondo y haz algo que te guste para recargar energía.
También puedes aplicar la técnica Pomodoro. Existen muchas aplicaciones para móvil y tableta que te ayudarán. Los pomodoros son espacios de 25 minutos en los que tendrás que centrar toda tu atención a una tarea. Tras 4 pomodoros, descansa 20 minutos y vuelve a empezar.
Si esta no te convence, tienes las tareas de 90 minutos. Organiza tu trabajo en espacios de 90 minutos y focaliza toda tu atención en esa tarea. Cuando termines, tómate un respiro de 20 minutos y regresa al trabajo de nuevo.
Esta son solo tres fórmulas para aumentar tu productividad sin sobrecargar tu mente y tu cuerpo, pero existen muchas otras.
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