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La sobrecualificación: implicaciones para los empleados y para las empresas
Cada vez son más los empleados sobrecualificados para su trabajo, sin embargo existen numerosas prácticas para sacarle provecho y hacer de ello una ventaja tanto para la empresa como para el propio empleado.
La sobrecualificación o cuando la formación y/o experiencia del trabajador está objetivamente por encima de la requerida por el puesto, ha sido y es un problema en España que se está agravando debido, entre otras causas, a la actual situación de desempleo.
De todas formas, el exceso de candidatos sobrecualificados representaba ya antes de la crisis económica un problema no sólo en España sino a nivel mundial donde el aumento de los niveles educativos ligado al desarrollo económico proveían a los trabajadores de más cualidades de las requeridas para abastecer a los sectores que mayoritariamente generaban demanda de empleo.
¿Qué consecuencias tiene la sobrecualificación para los trabajadores?
Existen numerosas investigaciones sobre la consecuencia de la sobrecualificación y su relación sobre la satisfacción en el trabajo. En este punto es conveniente distinguir entre sobrecualificación objetiva y percibida. En el primer caso, es aquella que se produce cuando la formación o experiencia del trabajador está objetivamente por encima de la requerida por el puesto. Así puede darse la situación de que un empleado objetivamente posea una formación superior que la requerida por el puesto y sin embargo él no lo sienta como algo negativo pues valore otros aspectos tales como la conciliación familiar o los valores de la empresa y no el contenido estricto del puesto en sí y su grado de adecuación al mismo.
La sobrecualificación percibida se dice que existe cuando los individuos sienten o perciben que poseen educación, experiencia o habilidades que superan los requisitos del trabajo requeridos y lo interpretan de forma negativa.
Los estudios sobre la sobrecualificación percibida concluyen que cuanto más valore un trabajador sobrecualificado el aplicar sus conocimientos y/o habilidades en un puesto y el trabajo no lo requiera, mayor será la probabilidad de insatisfacción y, consecuentemente, de búsqueda de un nuevo empleo.
En la práctica, la gran mayoría de las empresas tienden a rechazar a los candidatos sobrecualificados ya que piensan que si éstos aceptan un puesto por debajo de su formación y/o experiencia es porque no les queda más remedio y que en cuanto encuentren algo más acorde a su preparación abandonarán la empresa con el correspondiente perjuicio para ésta.
Como consecuencia de ello, muchas empresas prefieren no correr riesgos y pierden la oportunidad de incorporar su empresa conocimientos o experiencia que, bien gestionados, podrían tener efectos muy beneficiosos en su organización como el menor tiempo que necesitan en su formación inicial, la capacidad de asumir responsabilidades adicionales o mayor flexibilidad dentro de la organización entre otros.
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