Felicidad
Empresas felices, ¿por qué un futbolín no es la solución a todo?
¿Cómo conseguir que las personas se sientan más a gusto y disfruten de su tiempo en el trabajo?
Parece que hemos llegado este mundo para perseguir la felicidad hasta alcanzarla. Sin embargo, no siempre lo conseguimos. Y es que el concepto de felicidad no es el mismo para todo el mundo. Hay estudios que nos indican que la felicidad es fundamental en múltiples facetas de la vida y el trabajo es una de ellas.
Una investigación realizada por la Universidad de Warwick, en Inglaterra, confirma que la felicidad en el trabajo incrementa el nivel de productividad hasta en un 12 %. Esto ha fomentado, especialmente entre las grandes empresas, una tónica que te resultará familiar. El hecho de incorporar ciertos elementos (en esencia, muchas veces estéticos) vinculados al ocio y al juego. Como si el mero hecho de crear una sala de juegos contribuyera a incrementar de manera directa el nivel de felicidad de los empleados.
Pero, ¿basta con eso? ¿Instalar un futbolín en una sala colorida, un montón de sofás, juegos de mesa e incluso consolas de videojuegos es suficiente para conseguir que las personas se sientan más a gusto y disfruten de su tiempo en el trabajo?
¿El futbolín o el salario? ¿Qué nos hace más felices en el trabajo?
Un futbolín – o cualquier otro juego o compilación de útiles de entretenimiento – no puede ser moneda de cambio para conseguir la felicidad. En el trabajo o en cualquier otro ámbito. Durante mucho tiempo hemos pensado que el salario era el verdadero factor que marcaba el bienestar de los empleados en su puesto de trabajo. Es evidente que el salario es uno de los factores que más tenemos en cuenta a la hora de elegir un trabajo u otro. Sin embargo, un estudio de InfoJobs revela que, antes de decidir si van a trabajar en una empresa, el 81 % de los candidatos se informan acerca de su reputación.
Los beneficios sociales son un factor fundamental (tiques restaurante, tiques guardería y mutuas), como también lo son las posibilidades de desarrollar su carrera, el ambiente de trabajo o la cultura de empresa. En los últimos dos años, además, han ganado terreno otras cuestiones, como la flexibilidad horaria y la conciliación.
El efecto futbolín, ¿necesitamos empresas felices?
El efecto futbolín ha contribuido a que muchas empresas, siguiendo la estela de Google y sus particulares oficinas de Mountain View, hayan habilitado espacios (salas de juegos, terrazas, jardines…) para que los empleados puedan relajarse, divertirse y disfrutar cuando se sienten estresados o sencillamente cuando quieren tomarse un descanso. Y aunque todo esto es importante y puede contribuir a ganar bienestar, no lo es todo. En absoluto.
Las empresas felices pueden ser una utopía y de hecho, lo son. Como en la vida, pensar que vamos a trabajar en un paraíso de la felicidad es, cuanto menos, poco realista. Y quizá también es innecesario. El concepto tiene que llevarnos a dar un paso adelante para ganar lo que sí es realmente accesible: el bienestar laboral.
Así pues, no basta con instalar un futbolín en el corazón de una sala de juegos. En los tiempos que corren, y ahora más que nunca, consolidar iniciativas que permitan a los empleados practicar el teletrabajo, tener flexibilidad horaria o disfrutar de más permisos contribuirá considerablemente a aumentar el bienestar real de los empleados. Pero no solo eso: que tu gente se sienta respetada, valorada y que forme parte de proyectos emocionantes, en los que puedan crecer, desarrollarse y formarse también es clave.
De otro modo, y únicamente con el futbolín como respuesta, estaremos proporcionando soluciones superficiales, que no contribuirán en absoluto a mejorar el bienestar de los empleados. Del mismo modo que, de nuestro lado, tampoco seremos capaces de reducir los índices de rotación, seguir seduciendo talento o incrementar los niveles de ventas.
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