Comunicación corporativa
Encrucijada, la serie con la que Cruz Roja reconecta con la sociedad
Cruz Roja apuesta por una nueva línea comunicativa para transmitir su propósito, atraer talento y mejorar su reputación
Un inmigrante del Aquarius convertido en voluntario, un joven víctima de bullying dedicado al apoyo escolar, un pensionista al borde de la pobreza energética que busca al amor de su juventud y una nieta arrepentida dispuesta a recuperar la relación con su abuela tras un distanciamiento. Esas son las cuatro historias que nos cuenta «Encrucijada», el branded content en formato miniserie de ficción con el que Cruz Roja pretende concienciar a la sociedad sobre el valor del voluntariado, haciendo un homenaje al trabajo de sus 14 millones de voluntarios en todo el mundo y de los más de 250.000 que colaboran en España.
Sin embargo, también son cuatro historias reales, detrás de las cuales hay nombres propios: Felix Sesay, Ander Parra, Emilio Marín y María Blanco. Ellos son quienes han inspirado la miniserie de Encrucijada, esta innovadora campaña, tan alejada de la comunicación habitual de Cruz Roja, con la que la institución humanitaria se ha propuesto atraer talento e impulsar la conversación, especialmente entre los jóvenes, acerca de la necesidad de hacer voluntariado para mejorar la vida de las personas más vulnerables en estos momentos especialmente difíciles y críticos.
«La pandemia ha puesto a prueba la organización»
El objetivo de Encrucijada es ser algo más que una acción de branded content bien ejecutado o una mera campaña de captación de voluntarios. Pretende ser reflejo del cambio interno que la propia organización lleva impulsando desde hace varios años, concretamente desde la crisis económica de 2008, cuando comenzó a orientar la práctica totalidad de sus esfuerzos hacia la sociedad española, desarrollando programas en áreas como el empleo, la educación, la intervención social, el medio ambiente y, por supuesto, la salud.
Sin embargo, parece que todo este trabajo no termina de ser visible entre los ciudadanos. «Cruz Roja sigue siendo una gran desconocida. Se sabe lo que es históricamente, pero no se conoce en profundidad lo que es«, explica Belén Viloria, Directora de Marca y Comunicación de la institución. Por eso, han decidido apostar por una narrativa diferente y una nueva línea comunicativa. «La pandemia ha puesto a prueba a la organización y queremos visibilizar todo aquello de lo que es capaz. Queremos recuperar la vinculación con determinados segmentos de población, que redescubran Cruz Roja, y lo hacemos poniendo en el centro a los voluntarios, que son nuestro corazón y nuestra esencia«.
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Retos al frente de Cruz Roja
Cuenta Moisés Benítez, Director de Voluntariado de Cruz Roja, que la pandemia ha consolidado un perfil de voluntariado que ya se venía notando desde hace unos años. Se trata de personas muy formadas – más del 50% tienen formación universitaria-, que viene con unas capacidades y competencias propias. «Antes – dice Benítez-, cuando cogíamos al voluntariado, lo formábamos hasta que estaba en el punto de intervención y ahora tenemos que capacitarlo en la operativa, pero viene con muchísimas competencias y nuestro reto consiste en explotar ese talento«.
No es la única necesidad. Otro de los problemas a los que la organización ha ido teniendo que hacer frente ha sido el de armonizar los tiempos y la disponibilidad de la gente. Mediante una app que muestra actividades y los horarios, la organización ha conseguido gestionar adecuadamente el tiempo del que disponen los voluntarios.
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