¿Por qué ya no es suficiente con remunerar a los empleados/as con un salario?

La remuneración de los empleados/as con un salario ya no es suficiente para garantizar su compromiso y rendimiento óptimo en el trabajo. Aunque según nuestro informe sobre Intención de cambio de empleo, el salario es el principal factor movilizador, este no es el único ya que en los últimos años hay otras motivaciones como la conciliación laboral o salir de un ambiente tóxico. Así pues, los empleados/as -especialmente los que cuentan con sueldos medios o altos- miran más allá de la remuneración económica a la hora de elegir su futuro laboral. 

Por eso, además de ofrecer unas buenas condiciones económicas a los empleados/as, si queremos retener el talento y ser competitivos en el mercado laboral actual, debemos abordar una estrategia integral de compensación que incluya muchas más retribuciones tangibles e intangibles. En este artículo hablamos del salario emocional y de qué opciones podemos ofrecer al trabajador/a más allá de la remuneración tradicional. 

Beneficios económicos y no económicos para remunerar a los empleados/as

La retribución salarial es la forma de compensar el trabajo y dedicación de los empleados/as. No obstante, si nos ajustamos al mercado actual, a este salario deberían ir ligados otros beneficios que pueden ser tanto económicos como no económicos para configurar sistemas de remuneración más completos, justos y atractivos. Veamos algunos ejemplos de cada uno de ellos:

• Beneficios económicos: salario mensual, pagas extras, bonus, ticket restaurante, planes de salud, de pensiones, planes de retribución flexible, etc.
• Beneficios no económicos: es lo que no se incluye en una compensación estrictamente monetaria como los días libres pagados, el vehículo o móvil de empresa, los descuentos en productos y servicios de la empresa o de otros proveedores y otros beneficios que podemos llamar “salario emocional” y que veremos a continuación.

La importancia del salario emocional 

Cuando hablamos del salario emocional nos referimos a todas aquellas compensaciones no monetarias que forman parte del paquete de beneficios laborales. Estos beneficios intangibles están diseñados para, por un lado, mejorar la calidad de vida en el trabajo y, por otro, satisfacer las necesidades emocionales y personales de los empleados/as.

El salario emocional puede incluir aspectos como el desarrollo profesional, la formación continuada, la conciliación, la flexibilidad, el teletrabajo, los reconocimientos, los incentivos, los planes de bienestar y un largo etcétera.

Toda empresa debe contar con un paquete de beneficios más allá del salario tradicional que fomente que el trabajador se sienta realizado y motivado en la compañía. De hecho, tal y como comentábamos al inicio del artículo, es este salario emocional el que puede hacer decantar a un candidato/a a elegir un empleo u otro. 

Y es que ante salarios similares existen otras motivaciones en favor de las necesidades del trabajador/a que son determinantes en su satisfacción laboral y su compromiso a largo plazo con la compañía. En la mayoría, puede decidir la empresa pero también está comprobado que otros factores externos a ella como la cercanía del puesto de trabajo, la accesibilidad o las instalaciones son importantes para muchos empleados/as. Con todo esto sobre la mesa, vale la pena establecer formas de compensación y beneficios que se alineen con las expectativas de la fuerza laboral actual.

Por qué la remuneración tradicional ya no es suficiente

Entonces, como vemos, los empleados/as de hoy en día valoran el salario, sí, pero tienen mucho en cuenta otros aspectos de su experiencia laboral, como el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el desarrollo profesional a largo plazo, el ambiente inclusivo y proactivo y la cultura empresarial. Ofrecer un paquete de compensación integral que aborde estas necesidades puede ser clave para atraer y retener talento. De hecho, esta perspectiva holística es una de las tendencias más punteras en la gestión de personal y la que ofrece mejores resultados.

Asimismo, el mercado laboral es altamente competitivo por lo que es imprescindible que la empresa se diferencie de las demás para atraer a los mejores empleados/as y que se comprometan con sus objetivos. Además, está ampliamente demostrado que estos beneficios no monetarios tienen un alto impacto en la productividad y la motivación para realizar las tareas asignadas con éxito. Un empleado/a satisfecho/a aporta un mejor rendimiento.   

En definitiva, el salario sigue siendo un componente esencial en la compensación del trabajo pero no es suficiente por sí solo para que los empleados/as estén contentos y se queden en nuestra empresa durante más tiempo. 

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