Gestión del talento

¿Cuándo es un despido procedente?

¿Cómo funciona y qué efectos tiene un despido procedente?

Cuando se produce un despido procedente, la relación laboral entre el profesional y la empresa se extingue. Aunque es esta última la que lo decide y lo hace, en principio, cumpliendo con los requisitos que exige la legislación actual. Cuando no se cumplen, el despido puede considerarse improcedente o nulo.

Pero hoy lo que nos interesa saber es en qué circunstancias una empresa puede activar un despido procedente. A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre esta formula de despido. 

¿Cuándo es procedente un despido?

¿Qué es un despido procedente?

Un despido es procedente cuando la empresa decide extinguir la relación laboral con un empleado.

Cuando es por circunstancias del trabajador, las razones pueden ser las siguientes:

  • Ineptitud del trabajador
  • Falta de adaptación a las modificaciones técnicas
  • Faltas de asistencia continuadas (aunque estén justificadas)

Cuando es por circunstancias de la empresa, la ley ampara que sean:

  • Causas técnicas
  • Causas organizativas
  • Causas productivas
  • Causas económicas

¿Es lo mismo que un despido disciplinario?

Un despido disciplinario no es otra cosa que un despido procedente, pero basado en causas disciplinarias. Estas se encuentran perfectamente definidas en el Estatuto de los Trabajadores. Y pueden ser, literalmente, las siguientes: 

  • Las faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad al trabajo
  • La indisciplina o desobediencia en el trabajo
  • Las ofensas verbales o físicas al empresario o a las personas que trabajan en la empresa o a los familiares que convivan con ellos
  • La transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo
  • La disminución continuada y voluntaria en el rendimiento de trabajo normal o pactado
  • La embriaguez habitual o toxicomanía si repercuten negativamente en el trabajo
  • El acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual y el acoso sexual o por razón de sexo al empresario o a las personas que trabajan en la empresa

En este caso, el trabajador no tendrá derecho a indemnización alguna. Sí deberá cobrar lo que restara del salario por ese mes trabajado y, si las hay, horas extra y vacaciones. Solo si el empleado decide ir a juicio y el despido es declarado improcedente, habrá que abonarle la indemnización o readmitirlo.

¿Cómo se formaliza el despido procedente?

Al poner en marcha un despido procedente, la empresa tiene que cumplir con la norma. Y, en este caso, es preciso:

Para formalizar el despido, la empresa tendrá que redactar una carta de despido y entregársela al trabajador. En esta se darán las razones que han motivado la decisión, así como la fecha en la que el despido tendrá efecto.

Del mismo modo, la empresa tiene que aportar el finiquito o, si es necesario, la indemnización por despido (si le corresponde).

¿Quién determina que es un despido procedente?

Es posible que el empleado no esté conforme con el despido. Una vez notificado, podrá acudir a un juzgado de lo social para que este determine si es un despido procedente o no. ¿Cómo se hace? Bien, el empleado tendrá que aportar toda la documentación del despido y el empresario tendrá que demostrar que la causa por la que despidió al trabajador puede considerarse legal.

También deberá aportar la papeleta de conciliación y hacerlo en un plazo máximo de 20 días hábiles. Si finalmente se demuestra que tiene la razón el empleado, el despido será declarado improcedente o nulo.

¿Cuándo es procedente un despido?

¿Tiene derecho a indemnización el trabajador con un despido procedente?

El trabajador tiene derecho a ser indemnizado cuando el despido procedente es objetivo o colectivo con una indemnización de 20 días de salario por año trabajado, hasta un máximo de doce mensualidades. Por contra, si se ha producido un despido disciplinario, el empleado no tendrá derecho a indemnización alguna, más allá del finiquito: el salario, las horas extra y las vacaciones. Eso es todo.

¿Puede el empleado recuperar su puesto de trabajo tras un despido procedente?

En principio, no. Es decir, si el despido es procedente, no cabe la posibilidad de recuperar el puesto de trabajo. A no ser que la empresa decida dar marcha atrás. Una vez realizado el preaviso, y dentro del plazo de 15 días, el empleado tiene derecho a disfrutar de seis horas semanales remuneradas para buscar trabajo. Si el despido es disciplinario, no.

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