Gestión del talento
Efectividad en el trabajo: ¿cómo conseguirla?
Gestionar la eficacia de las personas en las organizaciones tiene ventajas tanto para el individuo como para la organización.
Gestionar la eficacia de las personas en las organizaciones tiene ventajas tanto para el individuo como para la organización. Pero, ¿sabes qué es la efectividad en el trabajo y cómo puedes conseguirla? Cuenta Pablo Maella, Senior Lecturer de Dirección de Personas en las Organizaciones, MSc en Industrial Relations and Personnel Management, London School of Economics and Political Sciencie, MBA, IESE y Licenciado en Filosofía por la Universitat de Barcelona, que en un partido de fútbol el equipo más eficaz es el que gana, no el que juega mejor. Tampoco el que corre más, ni el que, como se dice popularmente, suda más la camiseta.
En un artículo publicado en Executive Excellence y titulado, ¿Qué hacer para ser más eficaz?, este experto desgrana cuáles son las claves para conseguir la efectividad en el trabajo. Y lo hace contándonos cuáles son las variables de la eficacia individual, que terminan redundando en la eficacia colectiva. Hay seis factores que configuran la eficacia individual. ¿Quieres descubrirlo?
¿Cómo lograr la efectividad en el trabajo?
Según el autor, la eficacia de los trabajadores de una organización depende de los siguientes factores:
Capacidad
Son los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para realizar las tareas y alcanzar los objetivos. Todas las personas poseemos una serie de capacidades, pero para ser eficaces en el trabajo tenemos que tener las adecuadas para el puesto que desempeñamos.
Automotivación
Es la disposición a poner el esfuerzo necesario para conseguir una meta. La conducta visible de la motivación es el esfuerzo. Si alguien está realmente motivado se percibe en que se esfuerza más.
Autogestión
Capacidad de decidir y obrar de una persona en su trabajo, de acuerdo con sus criterios. Para favorecer la autogestión, la empresa debe cumplir tres condiciones:
- Clarificar tareas y objetivos
- Facilitar los recursos mínimos necesarios para alcanzarlos
- Dar autonomía para actuar y tratar de conseguir los objetivos
Simplificación
Se trata de hacer las tareas de la manera más sencilla posible. La simplicidad no es natural: has de buscarla para que suceda. En la práctica, las cosas se vuelven cada vez más complicadas por se tiende a “añadir” más a lo ya existente, en vez de eliminar.
Suerte
Por suerte entendemos la repercusión en los resultados que puedan tener aquellos hechos y situaciones que se dan en la realidad externa a la persona y sobre los que casi no tiene control. Son elementos que pueden afectar a nuestra eficacia, y nosotros podemos tener que ver muy poco en ello.
Responsabilidad
Es el motor de la eficacia, ya que nos mueve a asumir los compromisos y deberes del trabajo. La responsabilidad es la que nos lleva a poner todos los esfuerzos para actuar eficazmente, aunque sepamos que algunas de las variables del rendimiento no dependen enteramente de nosotros.
La eficacia individual y la eficacia empresarial
Gestionar la eficacia de las personas en las organizaciones tiene ventajas tanto para el individuo, que verá cómo se multiplican sus posibilidades de progreso profesional debido a su mayor competencia, como para la organización, ya que las empresas que cuenten con profesionales eficaces, también lo serán ellas. Por otro lado, las compañías que no traten de potenciar la eficacia de sus colaboradores obtendrán unos pobres resultados empresariales.
¿Cuándo se da la efectividad?
Las organizaciones que promueven la eficacia de sus colaboradores están propiciando a su vez un cambio importante en quién es el responsable de los resultados de la empresa. No se trata de pensar únicamente en qué es lo que la organización puede hacer para que sus colaboradores sean más eficaces, sino también de pensar en qué es lo que los colaboradores pueden hacer para que la organización sea más eficaz.
Este planteamiento tiene consecuencias importantes de cara a establecer una cultura de empresa basada en la responsabilidad individual, donde el individuo que apela a las manidas excusas de que las causas de sus malos resultados son por cuestiones ajenas a él, deja de tener credibilidad frente al profesional que, a pesar de las adversidades, ha hecho todo lo posible para ser eficaz. De cada persona, y solo de cada persona, depende si se quiere ser eficaz, y de cada Dirección, y sólo de cada Dirección de la compañía, depende si se quiere que la empresa sea eficaz.
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