Gestión del talento
Todo lo que debes saber sobre el turno ecológico o antiestrés
¿Sabías que los turnos de trabajo tienen un papel determinante en la salud de las personas?
Ha sido bautizado como turno ecológico, pero también puede ser llamado turno antiestrés. La organización del personal por turnos es uno de los grandes quebraderos de cabeza de los equipos de Recursos Humanos. Su complejidad depende de, en gran parte, del número de empleados y empleadas, pero también de la naturaleza del trabajo y de los volúmenes, que suelen ser determinantes a la hora de establecer unos turnos u otros.
Así pues, y con el objetivo de favorecer el bienestar de las personas y la conciliación, las empresas han tenido que ingeniárselas para organizar turnos que sean lo más llevaderos posible. Uno de los más utilizados por parte de las organizaciones es el turno ecológico o antiestrés, puesto que tiene importantes ventajas para los empleados que, por las necesidades de la empresa, se ven obligados a trabajar por turnos. Veamos en qué consiste y en qué medida puede ser aplicado.
¿Por qué desgastan tanto los turnos de trabajo?
Antes de hacer una definición concisa sobre qué es el turno ecológico y antiestrés. Y es que no son pocas las ocasiones en las que organismos internacionales alertan sobre las consecuencias de las jornadas de trabajo prolongadas. Según la OMS y la OIT, estas aumentan las defunciones por cardiopatía isquémica o por accidentes cerebrovasculares.
El 9 % de la población mundial trabaja muchas horas al día. Las jornadas laborales se alargan hasta la extenuación: tanto como 55 horas semanales. Y esto aumenta en un 35 % el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, si lo comparamos con aquellas personas que trabajan entre 35 y 40 horas semanales.
Además, estamos preparados para trabajar de día. Numerosos estudios refuerzan la tesis de que trabajar de noche tiene efectos negativos en la salud de las personas, que pueden notar, según un informe realizado por Mapfre:
- Cansancio excesivo (emocional y corporal)
- Reducción de la capacidad para concentrarse
- Problemas de memoria
- Dolores físicos: musculares, articulares, de cabeza, digestivos…
- Dificultades para conciliar el sueño
- Aumento de estrés y agresividad
- Depresión
- Envejecimiento prematuro
Revertir todos estos efectos es urgente, tanto para los empleados que trabajan en el turno nocturno, como para aquellos que lo hacen en el diurno habitualmente o los que los realizan combinados. El turno ecológico y antiestrés puede ser una buena solución. Veamos por qué.
El turno ecológico o antiestrés: ¿en qué consiste exactamente?
El turno ecológico o antiestrés tiene en cuenta el reloj biológico de los trabajadores. Se organizan las jornadas por turnos, sí, porque las necesidades de la empresa lo que exigen. Pero se distribuye el trabajo teniendo siempre en cuenta el bienestar de los empleados y empleadas, así como las necesidades de conciliar.
Es cierto que existen muchas maneras de aplicar el turno ecológico o antiestrés, pero una de las más comunes sigue este patrón cíclico:
M M T T N D D D
Esto es, Mañana + Mañana + Tarde + Tarde + Noche + Descanso + Descanso + Descanso
Después de haber trabajado dos días por la mañana, dos más por la tarde y una noche, se incluyen tres jornadas de descanso. Se trata, en definitiva, de establecer unas pautas organizadas y lógicas, minimizando los días de trabajo nocturno y agrupando los días libres, con el objetivo de favorecer el descanso y el bienestar del empleado o empleada.
¿Qué tener en cuenta a la hora de organizar el turno ecológico y antiestrés?
El turno ecológico y antiestrés presenta muchas ventajas para el equipo humano de la empresa. Sin embargo, constituye un verdadero reto organizativo para los profesionales de RRHH. Y es que hay que tener en cuenta muchas cuestiones antes de ponerse manos a la obra con la tarea.
- Conocer de primera mano las circunstancias, necesidades y estado físico y psicológico de las personas
- Juntar de forma prioritaria los días libres para que el empleado y empleada pueda descansar y conciliar
- Priorizar los sistemas rotativos cortos (de uno a tres días) en lugar de los sistemas de rotación lenta (de semanas o superiores)
- Descartar, en la medida de lo posible, los turnos de trabajo nocturno permanente
- Intentar mantener y hacer regulares los turnos en el sentido de las agujas del reloj (mañana, tarde y noche) y no al revés