Ambiente de trabajo
Cómo detectar si tus empleados están quemados
Este factor puede hacer que tu empresa se resienta. ¿Cómo detectarlo?
Lo llaman síndrome burnout, pero con toda seguridad, te resultará algo más familiar decirte que hablamos del síndrome del trabajador quemado, una circunstancia que se da entre los empleados y empleadas que tienen estrés crónico. El hecho de haber estado expuestos durante demasiado tiempo a un estrés intenso (quizá meses, tal vez años) los ha empujado a un estado de agotamiento físico y mental que puede llegar a provocar:
- Cambios en la personalidad.
- Alteraciones en la autoestima.
Por supuesto, todos estos cambios se producen hacia el lado negativo, de modo que progresivamente, el trabajador/a puede llegar a perder el interés en las tareas que realiza y, por supuesto, en todo aquello que le rodea y también tiene que ver con su vida personal y familiar.
Además de ser profundamente negativo para la salud física y mental de las personas que trabajan con nosotros, cuando los empleados están quemados, la productividad y la buena marcha de la empresa se resiente. Por tanto, hay que tomar medidas poniendo bien la lupa, para detectar cuanto antes si tienes trabajando en tu empresa a empleados/as con síndrome burnout. Pero, ¿cuáles son los síntomas? ¿Cómo puedes saber si tus empleados/as están quemados/as?
1. Se producen altas tasas de absentismo laboral
Es muy habitual que si los empleados/as están quemados/as, se produzcan tasas más elevadas de absentismo laboral. Los empleados/as suelen sentirse menos capaces de afrontar los retos que tienen por delante y muchas veces desisten, en parte debido a todas aquellas enfermedades que pueden derivarse del estrés. Según la Organización Mundial de la Salud: ansiedad, irritabilidad, dolores de cabeza, malestares gástricos, insomnio, alteraciones del apetito, depresión e incluso adicciones.
2. O todo lo contrario: se quedan mucho tiempo haciendo horas extra
Si los trabajadores/as están quemados, también puede suceder que terminan quedándose mucho más tiempo del que deberían en su puesto de trabajo, haciendo horas extra. Las jornadas laborales parecen alargarse todos los días sin causa aparente, pero la razón tiene que ver con falta de concentración y desempeño, que termina por eternizar cualquier tarea, por rutinaria o simple que parezca.
3. Falta de motivación: perder la alegría y las ganas
El malestar físico y mental tienen consecuencias, claro. Es muy lógico que detectes en tus empleados/as una falta rotunda de motivación. Quizá sientas que ante proyectos aparentemente ilusionantes, los trabajadores y trabajadoras ni sienten ni padecen. Así es ciertamente complicado tirar del hilo para enzarzarles en proyectos emocionantes y productivos para la organización. Y sin resolver ese problema, será difícil continuar.
4. Los empleados/as están quemados/as: alta rotación de personal
Si tus empleados/as están quemados/as y no se sienten a gusto, no te extrañará que quieran marcharse con la música a otra parte y cuanto más lejos, mejor. En empresas en las que se padece un síndrome burnout generalizado es muy normal que se registren altos índices de rotación de personal. Son un signo más de que algo no funciona correctamente: urge actuar para relajar los ánimos y despertar su motivación. La tasa de rotación de personal es un KPI esencial en RRHH para detectar posibles problemas como este.
5. El desapego a la empresa
Te hemos hablado de falta de alegría y desmotivación, pero en última instancia, también queremos hablarte de desapego. Una de las principales luchas desde la mayor parte de departamentos de RRHH es la de alcanzar un buen índice de apego a la marca. No es fácil alcanzar altos niveles, pero que hay muchos factores que influyen en el apego.
Si detectas que los empleados y empleadas ya no están interesados en compartir acciones de tu marca, no participan en los proyectos que os vinculan (ya sea dentro o fuera de la empresa) y, en general, viven desconectadas de vuestras acciones, habrá llegado el momento de tomar cartas en el asunto. Definitivamente.