Felicidad

¿Cuántas horas dedicas al trabajo?

Te damos 5 razones por las que no deberías dedicar tantas horas al trabajo, ni permitir que tus empleados hagan lo mismo

¿Eres de los que salen de la oficina a las diez de la noche? ¿Sabías que dedicar tanto tiempo al trabajo no tiene por qué ser beneficioso? En este artículo te damos 5 razones que lo demuestran… ¡estamos seguros de que cambiar esta tendencia te compensará!
 
1. Trabajar muchas horas reduce la productividad. Antes las personas trabajaban de sol a sol, pero Henry Ford (1926) descubrió que reduciendo la jornada de trabajo (ocho horas en cinco días laborables) los trabajadores podían ser más productivos. Además, estudios llevados a cabo con militares estadounidenses confirman que perder horas de sueño y alargar el horario laboral puede afectar negativamente al sistema cognitivo, mermando la capacidad de aprender, pensar y razonar. Estarás mucho menos alegre y por lo tanto, serás menos feliz.
 
2. No todo depende de la cantidad de horas que le dediques. ¿Crees que trabajando más horas conseguirás ese ascenso laboral que tanto ansías? Puede que no. Es posible que tu jefe se fije en que trabajas muchas horas, en que no pierdes el tiempo y en que te quedas hasta que se apagan todas las luces. Sin embargo, puede que también vea que otros compañeros consiguen lo mismo sin dedicarle tantas horas. Esto puede hacerle pensar a tu jefe que no sabes gestionar bien el tiempo. ¿Es realmente así?
 
3. Prioriza, no ejecutes. A veces cometemos el error de asumir demasiadas tareas. Esto hace que, en consecuencia, tengamos que dedicar muchas más horas a nuestro trabajo. ¿Qué tal si empezamos a decir "no"? Los profesionales de éxito saben rehusar aquello que no pueden asumir. Es la única manera de dedicar tiempo a las tareas más importantes y de llevarlas a cabo con la máxima efectividad. 
 
4. No serás mejor por trabajar más. ¿Es el ordenador tu única compañía a la hora de comer? ¿Rechazas las invitaciones de tus compañeros para tomar un café a media mañana? Los descansos y la interacción social son muy importantes para volver con energías renovadas a tus tareas. Las personas inteligentes suelen dar mucha importancia a los momentos de descanso y cultivan sus intereses y aficiones. 
 
5. Ser perfecto puede salirte caro. Está claro que a todos nos gusta que nuestro trabajo salga bien y que nuestros jefes estén contentos con los resultados. Pero, ¿qué pasa cuando llevamos el perfeccionismo al extremo?  Cuanto más tiempo invertimos en intentar ser perfectos, más abonamos el terreno para el estrés y la insatisfacción. Dedícate a hacerlo bien, ¡la perfección absoluta es imposible!
 
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