Comunicación corporativa
Bienvenido a la empresa, ¿qué puedo hacer por ti?
Es fundamental establecer rutinas de evaluación y feedback, al menos una vez al mes, entre trabajador y coordinador/manager
Una relación laboral es eso, una relación. Como todas las relaciones, cuando te conoces y "empiezas" la vida resulta ser maravillosa. Para una de las partes empieza una vida nueva, conoces a otra “familia” (la organizacional) con sus “hermanos”, “primos”, cuñados/as”… pero eso da igual porque estás dispuesto/a a luchar por esta relación que te hace feliz, por la que sientes ilusión y que hace despertar en ti millones de sonrisas.
Para la otra parte significa traer a casa a alguien que te encanta, pero a quien acabas de conocer. ¿Demasiado pronto? Qué importa, has apostado por esa persona.
Y hasta aquí todo bien, pero como en toda relación se debe trabajar a diario para mantenerla. Para que, una vez pasada la fase de enamoramiento y euforia, la relación sea fuerte y duradera.
Todo trabajador y todo líder de equipo necesitan saber dónde se encuentran para saber hacia dónde deben ir. Sí, líder y trabajador, ambos.
Es fundamental establecer rutinas de evaluación y feedback, al menos una vez al mes, entre trabajador y coordinador/manager. Éstas deben ser en espacios donde sea cómodo conversar y con cierta privacidad, donde se hable sobre los objetivos que debe cumplir el colaborador, expresar exactamente qué se espera de él y cómo vamos a medir aquello que le pedimos. También debe ser un espacio donde escuchar. Un buen guion podría ser el siguiente:
– Feedback positivo. Empecemos diciendo qué es lo que esa persona está haciendo bien. Si le hemos contratado sin duda ha sido por unas buenas cualidades y si lleva tiempo en la empresa es porque hace bien su trabajo. Díselo. En toda relación es importante hacer saber las cosas buenas que nos aporta esa persona. Hazlo.
– ¿Qué esperas de mí como jefe? Si has contratado a esa persona (y ésta ha aceptado) es porque tú también tienes algo que ofrecer. Las nuevas generaciones, conocidas como Millennials, y los nuevos tiempos requieren relaciones interactivas, no unidireccionales. Cada vez es más necesario que las empresas ofrezcan algo más que trabajo y esto es extensible a todos los departamentos. Tú le quieres como trabajador pero, ¿te quiere a ti como empleador? Si te interesa que esa persona continúe en tu equipo… pregúntale, presta atención, escucha, sé abierto y trabaja en mejorar tu papel como líder.
– ¿Qué dificultades has tenido a la hora de desarrollar tu trabajo? Vamos a establecer unos objetivos, pero asegúrate de que no hay ningún impedimento técnico, logístico o de formación que vaya a causar impedimentos para lograrlo. En caso de que así sea, prepárate para objetivos sin cumplir y frustración. Si estableces objetivos que el trabajador sabe que por alguno de esos motivos no va a poder alcanzar no se va a esforzar para hacerlo.
Intenta que los medios con los que dotas a los trabajadores sean los necesarios y suficientes para el buen desarrollo del trabajo. Nuevamente, escucha.
– Objetivos. Al menos deberíamos tener 3 objetivos claros a establecer, que sean medibles, concretos y alcanzables. Serán los 3 grandes retos a cumplir, aquello que esperamos del trabajador y aquello por lo que vamos a trabajar de forma conjunta, aquello por lo que vamos a luchar. Evidentemente la tarea va a cargo del trabajador, pero como líder debes estar a su disposición y ver por qué se está logrando o no el objetivo. El coordinador/ manager debe preocuparse por indicar el camino para que su trabajador sepa lo que debe hacer con el fin de lograr ese objetivo y ser la figura de referencia y apoyo de éste.
En este caso, los objetivos deben ser consensuados y debe ser un proceso abierto al diálogo. No olvidemos que las metas que nos ponemos a nosotros mismos suelen ser más ambiciosas que las que nos establecen los demás.
– ¿Quieres que comentemos alguna otra cosa? De nuevo abramos un espacio en el que el colaborador pueda expresarse, pueda exponer inquietudes. El jefe de equipo debe dejar claro que está a su disposición siempre y hacerlo de forma sincera.
– Termina con feedback positivo. El cierre de la conversación debe ser en positivo, que esa persona sepa qué hace bien para que pueda mantenerlo y que tenga confianza en sus herramientas y recursos para lograr los objetivos establecidos.
Quedaros cada uno con una copia escrita de lo acordado. Estableced objetivos a 6 meses y revisadlos cada mes. Cuidad la relación, trabajad en ella y todos, incluida la organización, creceréis.
Lidia Nicolau es responsable del equipo de Personas de habitissimo y en su blog “Trabajar la felicidad” escribe sobre psicología positiva.
También te puede interesar: ¿Recursos humanos? No, personas