Retribución salarial
¿Están las empresas obligadas a incrementar los salarios tras el acuerdo entre sindicatos y patronal?
Estamos ante un acuerdo muy importante, pero no vinculante
2022 fue un año marcado por las dificultades económicas y 2023 sigue su estela. Es cierto que desde 2020 vivimos en una situación de permanente incertidumbre y que no está previsto que las altas tasas de inflación, que se mantuvieron en 2022, se reduzcan antes de finales de 2023. Sin embargo, en España la economía ha evolucionado moderadamente y hemos conseguido mantener la inflación incluso por debajo de los niveles alcanzados por el resto de países europeos.
Los ciudadanos han sufrido esta circunstancia con una pérdida notable de poder adquisitivo. El alza de precios ha vaciado el bolsillo de los españoles: los precios se incrementaron un 8,4 % y los salarios recogidos en convenio solo lo hicieron un 3 %.
Con el objetivo de evitar que esta pérdida de poder adquisitivo sea más profunda, si cabe, sindicatos y patronal han llegado a un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), una guía para empresarios y trabajadores que quiere amortiguar y hacer frente a la situación actual y futura. Veamos cómo.
¿En qué consiste el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) y en qué afecta a los salarios?
A principios de este año, el Gobierno aprobó una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta un 8 %, alcanzando los 1.080 euros distribuidos en catorce pagas anuales. Esta fue una subida que obligó a las empresas a revisar e incrementar el salario de aquellos empleados y empleadas que no alcanzaran la cifra mínima. Esto por un lado.
El pacto del que queremos hablarte ahora es el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que han firmado tanto sindicatos como patronal. Esto incluye a CC.OO., UGT, CEOE y Cepyme que, reunidos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, han puesto negro sobre blanco unas bases que servirán como guía de actuación especialmente dirigida a los que participen en las negociaciones colectivas.
El acuerdo al que han llegado las partes es el siguiente:
- Incremento mínimo del 4 % en 2023
- Incremento mínimo del 3 % en 2024
- Incremento mínimo del 3 % en 2025
- Incremento adicional del 1 % en 2025 se la inflación los supera
- Incremento no definido pero necesario en 2026
Estos incrementos han de servir, según las partes, para ajustar los salarios al incremento de precios, con el objetivo de alcanzar cifras razonables, que permitan empujar la economía, en lugar de hundirla. Y es que sin consumo, tampoco hay recuperación.
¿Están obligadas las empresas a incrementar los salarios?
La respuesta es no. El documento que se ha firmado es un pacto entre empresarios y sindicatos que quiere marcar unas líneas a seguir. Es decir, se trata de una hoja de ruta con recomendaciones, para que las empresas y los comités de negociación sepan cuál es la senda más correcta a seguir.
Esto significa que las empresas pueden hacer oídos sordos a las recomendaciones, a sabiendas de que están avanzando por un camino muy distinto al que recomienda la patronal. Del mismo modo, los comités de negociación pueden pedir a las empresas incrementos mayores a los indicados.
En cualquier caso, el documento tiene mucha relevancia y valor, porque recoge un acuerdo entre dos actores que son clave para el empleo, que mira por la recuperación en uno de los países en los que los trabajadores y trabajadoras más han notado la pérdida de poder adquisitivo.
¿Qué pasará con las empresas que no realicen estos incrementos salariales?
Es cierto que no se ha llegado a un acuerdo sobre los incrementos salariales entre 2021 y 2022, años en los que las empresas sufrieron el peor embate de la crisis iniciada en 2020, con el estallido de la COVID-19 y una situación posterior de incertidumbre constante. En cualquier caso, la patronal ha señalado que las organizaciones no estarán obligadas a incorporar dichas subidas, aunque son, en palabras de Garamendi, presidente de la CEOE, «la senda a seguir».
De hecho, los comités de negociación tienen en sus manos un acuerdo que les da mucha fuerza para presionar. Para los sindicatos es fundamental que las empresas lo apliquen, muy a pesar de que no estén obligadas a hacerlo. Será, sin duda alguna, una buena manera de adaptarse progresivamente a las líneas argumentales recomendadas por los principales actores del sector empresarial.
¿Es viable ahora mismo incrementar los salarios?
Lamentablemente, en esta ecuación hay un factor que preocupa y tiene que ver con la productividad y la sostenibilidad del incremento de los salarios. El IX Monitor Anual Adecco sobre Salarios acaba de revelar que el salario medio español equivale al 37,2 % de la productividad, cayendo al undécimo puesto en 2022, comparado con el resto de países de la Unión Europea.
Para los expertos, el incremento de salarios debe correr paralelamente con el incremento de productividad, porque de otro modo es insostenible. Según datos de este mismo estudio, en España el salario medio está acorde al nivel de riqueza de la economía nacional, situado en un 78,5 %.
Y además de salarios, ¿qué otras cuestiones se tratan en el acuerdo?
Cierto es que las recomendaciones sobre las subidas salariales son el punto más importante del acuerdo. Sin embargo, a través de este también se ha debatido acerca de cuestiones que preocupan y son urgentes, como por ejemplo:
- La flexibilidad en la gestión del tiempo en el trabajo
- La identificación de vacantes que admiten teletrabajo o trabajo a distancia
- La estipulación de tiempos máximos de teletrabajo
- El fomento de la desconexión digital para el bienestar personal
- La puesta en marcha de programas de prevención del estrés
- La recomendación de fórmulas de jubilación gradual
- El impulso de la formación continua
Todas estas cuestiones constituyen algunos de los grandes retos a los que se enfrentan las empresas y que deberán poner sobre la mesa para ganar competitividad y adaptarse al tiempo presente, con la mirada puesta en el futuro.