Felicidad
Día de la Marmota: ¿qué puedes hacer para que tus empleados salgan de la rutina?
¿Hay algo que puedes hacer para que tus empleados salgan de la rutina? En el Día de la Marmota, te damos cinco consejos clave.
Si hay algo que nos preocupe a los humanos es salir de la rutina. Recuperar la motivación perdida. Lo vemos todos los días en artículos, libros e incluso películas.
Quizá te suene mucho más Atrapado en el tiempo, pero la película original, estrenada en 1993, llevaba por título Groundhog Day, o lo que es lo mismo, El Día de la Marmota. En la cinta, Bill Murray se puso en la piel de Phil Connors, un meteorólogo de la televisión engreído y desagradable, que se queda literalmente atrapado en el tiempo. Despierta todos los días en el mismo día y, aunque incluso hace lo imposible por desaparecer, termina sacando una lección de lo que le ocurre. Phil es, en efecto, un personaje que aprende.
El 2 de febrero se celebra, especialmente en Estados Unidos y Canadá, el Día de la Marmota, una tradición que tiene sus orígenes en el Día de la Candelaria europeo, el punto medio entre el crudo invierno y la esperada primavera. Los alemanes añadieron a la celebración el fetichismo de un erizo. Decían que si al salir de su madriguera tras la hibernación se proyectaba una sombra en el suelo, todavía quedaban seis semanas más de frío intenso. En cambio, si cuando el erizo salía estaba nublado y no se proyectaba sombra alguna, lo más duro del invierno ya había pasado.
Cuando los alemanes emigraron a Estados Unidos, la mayoría a Pensilvania, cambiaron el erizo por la marmota, que era (y sigue siendo) el animal más común en la zona. La salida de la marmota del letargo invernal sigue siendo una celebración con mucho folclore y simbología. ¿A quién no le apetece salir de la oscuridad del invierno para disfrutar de la floración primaveral?
Todos hemos sentido alguna vez que estamos atrapados en el tiempo. La rutina y la desazón son ingredientes que a nadie gustan, que merman el ánimo de las personas y ponen en peligro nuestra productividad. Detectarlo en nuestros empleados es clave para aplicar mejoras y contribuir a que el clima laboral siga siendo bueno, lo que sin duda es clave para el bienestar de las personas y, por supuesto, para alcanzar el éxito colectivo.
Hay cosas que puedes hacer para que tus empleados salgan de la rutina. ¿Están preparadas las marmotas para salir de sus madrigueras?
1. Vamos a echarnos un cable
La mayoría de veces, uno no sale de la madriguera por pereza. También puede ser por miedo. Nos inquieta abandonar el confort, pero al mismo tiempo nos desespera estar atrapados en las rutinas. Por eso es interesante mantener abierto este diálogo con nuestra gente y ofrecer en todo momento la disponibilidad de ayuda. Tomar conciencia colectiva de la pérdida de emoción, ilusión y alegría por lo que hacemos es clave para detectarlo y enfrentarse a ello. De lo contrario, caeremos en la rutina de no hacer nada por resolverlo.
2. Proporciona oportunidades de desarrollo profesional
La formación es imprescindible en los tiempos que corren, incluso para aquellos que no tienen el desarrollo profesional como prioridad. Es lógico que los empleados más jóvenes sientan esta necesidad y que los que llevan más años no estén tan interesados en participar en nuevas iniciativas, ya sean formaciones o nuevos proyectos. Sin embargo, esto ayudará a todos a salir del letargo y la monotonía y, por supuesto, a enfrentar nuevos y apasionantes retos. Y no se habrán dado la cuenta, pero estarán surfeando la ola con toda la energía y vitalidad.
3. Pregunta, comunícate y ponte manos a la obra
Muchas veces los empleados no levantan la mano para participar en determinados proyectos porque sienten que no serán capaces de hacerlo o que no se cuenta con ellos. La rutina hace que vayan apartándose y que la empresa termine por no invitarlos a participar. En realidad lo que está fallando es la comunicación, de modo que si no son ellos los que se ofrecen, habrá que preguntarles. Te sorprenderá comprobar cómo de necesario es ese impulso para que se sientan capaces de contribuir a los nuevos retos que la empresa tiene por delante. Y ahí habréis roto los dos la rutina para emprender juntos una aventura apasionante.
4. Promueve la risa para que salir de la rutina
Sucede que a veces los ánimos están por los suelos. Un mensaje mal entendido, la indiferencia, el miedo a lo que vendrá, la falta de comunicación, la incapacidad por valorar el trabajo bien hecho. Esto puede pasar en determinadas épocas, pero es fundamental que un buen líder de RRHH, y de cualquier otro departamento que se precie, sea capaz de ayudar al resto a desengrasar. ¿Cómo? Pues promoviendo la risa: tan sencillo como eso. El buen humor se contagia y convierte los días en experiencias para disfrutar en lugar de hacer soporíferas las jornadas. Pero hay que hacerlo. ¡Y saber!
5. Facilita el descanso (por favor)
Las vacaciones son un derecho, no un privilegio. Esto lo hemos comprendido, pero a las personas más responsables siempre tienen la espada de Damocles de la exigencia pendiendo sobre su cabeza. Lo que les pasa a muchos empleados no es que estén a disgusto con la rutina que les ha tocado (que en definitiva nos toca a todos), sino que están tan sobrecargados que no son capaces de dar más. Como responsable de RRHH debes facilitar la desconexión y el descanso, aunque sea corto, y promoverlo activamente. La vuelta será mejor: un reinicio al fin y al cabo. Y a seguir.
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