Cómo cuidar de verdad la salud mental en el trabajo

La salud mental es, sin ninguna duda, una de nuestras asignaturas pendientes como sociedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto la lupa de manera insistente en ello y no es para menos: una de cada cuatro personas sufre o sufrirá algún tipo de trastorno psicológico a lo largo de su vida. La cosa está en que según la Confederación Salud Mental España, en nuestro país, entre el 11% y el 27% de estos problemas se pueden atribuir al trabajo.

Si el trabajo nos hace enfermar, tendremos que poner en marcha iniciativas que nos ayuden a curar y ganar bienestar. Y esto lo que recoge el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013 – 2030 de la OMS, que insta a reorganizar los entornos que más pueden influir en la salud mental. Los lugares de trabajo juegan un papel determinante. InfoJobs también ha subrayado esta cuestión a través del informe sobre Abandono del Empleo, que alertaba de que el 32% de los trabajadores que se planteaba dejar su puesto de trabajo lo hacía por salud mental.

1. Fomentar un ambiente de trabajo inclusivo y de apoyo

El primer paso fundamental para cuidar la salud mental de los empleados/as es crear un ambiente de trabajo inclusivo y de apoyo. Puede que te parezca que esto ya es así, pero es conveniente que observes el día a día de tu empresa con atención. Y esto debe consistir, necesariamente, en mirar (y ver), en preguntar, en comunicaros. Los empleados/as deben sentir que son valorados/as y respetados/as en el lugar de trabajo, sin importar su género, orientación sexual, raza, religión, discapacidad u otros aspectos personales. Un ambiente inclusivo promueve la aceptación y la diversidad, lo que puede reducir el estrés y la ansiedad y detener radicalmente el malestar de cualquier persona que se esté sintiendo mal en su puesto de trabajo.

Las políticas de no discriminación y el fomento de la diversidad son esenciales, pero también lo es la formación de los líderes y la concienciación en toda la organización. Los empleados/as que sienten que su empresa se preocupa por su bienestar emocional tienden a ser más leales y comprometidos con su trabajo.

2. Ofrecer recursos de apoyo y asesoramiento para una buena salud mental en el trabajo

Las empresas pueden proporcionar recursos de apoyo y asesoramiento para ayudar a los empleados/as a lidiar con el estrés y otros problemas de salud mental. Esto puede incluir sesiones con psicólogos, terapeutas o coaches, pero también a programas de asesoramiento, cursos y formaciones y servicios más amplios de atención para el bienestar. Pero, del mismo modo que ofrecemos a nuestros empleados/as herramientas para combatir el estrés y ser resilientes en su día a día, debemos procurar que nuestras propias acciones no sean generadoras de estrés. Nos referimos, por ejemplo, a las sobrecargas de trabajo, los horarios interminables y las reuniones en exceso.

Promover una cultura de bienestar emocional y proporcionar recursos para enfrentar los desafíos personales puede ayudar a los empleados/as a manejar mejor sus emociones y aprender a afrontar situaciones difíciles. Al hacerlo, las empresas demuestran su compromiso con el bienestar de sus trabajadores/as.

3. Flexibilidad en el trabajo y equilibrio entre la vida laboral y familiar

La conciliación laboral es uno de los grandes retos que tenemos como empresas y sabemos positivamente que en el último año ha empeorado. Según una encuesta realizada por InfoJobs, solo el 35% de la población ocupada tiene facilidades para conciliar. Y el equilibrio entre la vida laboral y personal es esencial para mantener la salud mental de los empleados/as. ¿Qué deben hacer las empresas en este sentido? Pues en primer lugar, promover la flexibilidad en el trabajo, permitiendo a los empleados/as adaptar sus horarios según sean sus necesidades personales y familiares. Hay distintas formas de hacerlo: fomentando el teletrabajo, ofreciendo unos horarios flexibles o dándoles días libres para que puedan gestionar sus vidas (acudir a citas médicas, descansar o sencillamente cuidar de su salud mental).

Fomentar el equilibrio entre la vida laboral y personal reduce el estrés y el agotamiento, lo que, a su vez, mejora la salud mental de los empleados/as y su productividad. Los trabajadores/as que se sienten apoyados en su búsqueda de equilibrio entre la vida laboral y personal suelen estar más comprometidos con su trabajo.

4. Promover la comunicación abierta y la escucha activa

Y no planteamos esta cuestión como un concepto vacío, que también suele pasar. Gracias a las nuevas tecnologías, tenemos una gran variedad de herramientas para comunicarnos, pero hablamos poco y con escasa profundidad sobre aquello que nos pasa. Desterrar las relaciones superficiales es fundamental para que los empleados y empleadas se sientan cómodos para transmitir sus problemas e inquietudes. Por tanto, podemos decir que una buena comunicación es clave para cuidar la salud mental. Hay que promover una comunicación abierta y una escucha activa en todos los niveles de la organización. Si esto no pasa, será necesario crear dinámicas y agendar citas para «acostumbrarnos» a esto de hablar.

Esto lleva implícita la necesidad de generar un ambiente de confianza, en el que los líderes estén dispuestos a escuchar y ofrecer apoyo cuando sea necesario. Además, es importante combatir los estigmas existentes a conversar sobre salud mental en el trabajo, pero también en cualquier otro ámbito. La educación sobre la salud mental y la promoción de un ambiente en el que se puedan discutir los problemas emocionales de manera abierta contribuyen a la creación de un entorno de trabajo más saludable. Te recomendamos leer las Directrices de la OMS sobre salud mental en el trabajo para conseguir recomendaciones e ideas prácticas que puedes exportar a tu empresa.

5. Programas de bienestar y actividades recreativas

La implementación de programas de bienestar y actividades recreativas en el lugar de trabajo puede ser una forma efectiva y ACTIVA de cuidar la salud mental de los empleados/as. Estos programas pueden incluir ejercicios grupales, sesiones de meditación, yoga o talleres sobre la gestión del estrés. No hay que perder de vista que el ejercicio físico es un vector crucial para la salud mental.

Fomentar la actividad física y el bienestar emocional en el trabajo puede ayudar a reducir los estados de ansiedad y mejorar la salud mental de los empleados/as. Además, estas actividades también promueven la interacción social y fortalecen la cohesión del equipo, lo que a su vez puede contribuir a generar ambientes de trabajo más positivos.

Cuidar de la salud mental de los empleados/as no es solo es beneficioso para ellos. Redunda en el corto y el largo plazo en las empresas, que conseguirán crear entornos laborales más saludables y productivos. Esto también repercutirá en la atracción y retención de talento, que se sentirá a gusto y estará más comprometido con la organización.

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